viernes,24de

La Bohemia

La Bohemia

—Deja que encienda tu cigarrillo, querida. ¿Escuchas ese tango? Es un clásico de Gardel : Mi noche triste. En Buenos Aires, es casi imposible no cruzarse con el tango, el ritmo más bohemio que ha nacido en la tierra argenta.

— No, no se preocupe, tengo el fuego de mi lado, puedo encenderlo yo, además su copa se está calentando y yo que usted no lo dejaría así.

—Sabes, el fuego y todas sus extensiones siempre serán un riesgo. No puedes jugar con fuego, ni moldearlo, ni controlarlo, menos limitarlo, lo que lo vuelve indomable y a la vez prohibido. Y vos sabes que lo prohibido siempre jugará a favor del romance. 

—Te diré un secreto, querido : No me preocupo por tomar riesgos, de eso se trata justamente. Si he de quemarme que así sea, no le tengo miedo a las altas temperaturas del amor, es más estoy acostumbrada a la fiebre de la desventura. 

— ¿Y de la bohemia?— Dijo el caballero Saint-Fond, desajustándose la corbata.

— Los señores de este lado del condado no reconocerían la verdadera bohemia, ni aunque ella les tocara la puerta—replicó Madame Josseline Álvarez—,  encendiendo su segundo cigarrillo de la noche. De manera que los señores de esta villa no son mi personal interés. 

—  Acaba de elevar la temperatura del ambiente, ¿se ha dado cuenta? 

—  Mi padre me enseñó la famosa bohemia de la que me habla, señor Fond. Él no dormía por leer poesía de sus poetas preferidos, fumaba solo cigarrillos Fortuna, escribía cada vez que lo sentía y jamás fuera de contexto, no importaba cuándo, ni dónde, lo anotaba todo, no soñaba, cumplía lo que se planteaba y siempre me decía : “Josse, sé siempre quien quieres ser, no cómo quieren que seas”. Este café dansant fue fundado por los migrantes uruguayos y argentinos que llegaron a Francia y entre ellos estaba mi padre. Y sí, sé cómo se siente aquellas quemaduras. Él me enseñó que amar es cómo escribir y que un desamor solo sirve para continuar con la osadía de seguir utilizando el tintero. 

—  Su padre debió ser todo un amante de las letras. ¿Y cómo se siente? ¿A qué temperatura arde? No le pido que me lo describa, porque creo que las palabras no serán suficientes, pero sí que sea explícita —  sugirió el señor Fond. 
 .
— Venga — , dijo Josse, levantándose y cogiendo la mano del señor Fond. Ya que quiere saber como se siente, tal vez esto funcione—. Acercó una de sus manos a su cintura y dominó su otra mano con mesura. Silencio. Siga el ritmo del tango y procure fundirse al roce de nuestra piel—,  le susurró al oído. 
— ¿Sobreviviré a este incendio?— dijo el señor Fond, buscando sus ojos.
— Querido, sabrás lo que se siente, pero nadie regresa siendo el mismo después de haber pasado por el infierno.

9 de Febrero de 2020, Lima Perú

Moulin de la Galette, café dansant, 1905
Isaac Israels (1865-1934)
Pintor judío neerlandés




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