Incluso si llegase al final del camino
no tendré voz para contarlo
todo volverá al principio
como cada día
como si nadie se hubiera preocupado por conocer
hay que ver
solo soy un mortal, no es culpa mía
mi condición es la de amar y vivir en el suicidio
qué milagro que existas para escucharlo
y sentir tu fuego íntimo
Ya he perdido demasiado tiempo
y no estuve consciente
lejos de mi mente
cerca del temor de despertar a la razón
sin algún prejuicio
ahora quiero que seas mi vicio
escuché su oración
fue más que suficiente
en la madrugada complaciente
me dijo sé tu propio templo
Desde entonces no concibo tus fronteras
y mientras que respire
dejaré que me consumas
que cales en todo aspecto
que no tengas de piedad
búscame, cuando quieras, no solo en mi soledad
que yo sabré tomarte de la mano y ser discreto
como un escritor de los setenta que escribe y fuma
déjame que te admire
que te bese las mejillas y te abrace las caderas
Si supieras que no quiero poseerte
que anhelo más que verte
y que seas mi utopía
mi guía
la luz que se bifurca
en mis lugares de penumbra
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