Apenas era un niño, cuando mamá lo publicó. En aquel entonces ella trabajaba en el diario menos leído del país, por eso nadie o casi nadie la conocía en el mundo periodístico. Y lo escribió en su tiempo libre, mejor dicho, en todo su tiempo.
Desde que tengo conciencia hemos viajado, y ella siempre me decía:
—Esta vez tu nombre será Marco o Antonio, recuerda que es parte del juego que hemos inventado, no lo olvides o yo ganaré, ¿vale?
Siempre cambiábamos de nombre. Al principio fue como ser el cómplice de mamá, era divertido, pero un niño reacciona cuando no forma amistades o recuerdos de la infancia. Esos detalles me incomodaban un poco. Así estuvimos por un buen tiempo, unos 10 años, camuflados en la sociedad, primero de ciudad en ciudad luego de país en país. No sé como hacía mamá para viajar a muchos lugares diferentes. Yo sabía que solo hablábamos español, pero el idioma nunca fue un problema para ella, para mí sí.
Finalmente llegamos a establecernos en Italia, al norte de Milano, apoyados por un grupo radical que se hacía llamar La Sociedad de El Lentario, y ahí forjamos literalmente un imperio literario, era il nostro impero, nuestra Biblioteca de Alejandría. Era una colección de libros reunidos durante todo el tiempo que estuvimos viajando. Sin poder salir libremente, la libertad la encontré en Alejandría. Ya con 14 años había leído demasiado y había aprendido cuatro idiomas, los que mamá me había indicado. Además, dominaba la geografía de los cinco continentes. Ahora sé por qué ella insistió en que primero aprendiera eso, luego me dejó a mi libre albedrío. Sin medios de comunicación, sin internet, sin conexiones de ningún tipo, así era nuestra vida : autodidactas.
Hasta ese momento aún no lo había leído, pero un día me lo dio con estas palabras:
—Hijo, he esperado a que tengas la mayoría de edad para darte esto: El Lentario . El libro que publiqué hace tiempo y la razón por la cual hemos llevado este modo de vivir todo este tiempo.
Después de leerlo mi visión del mundo cambió. Todo lo que había aprendido hasta ese momento se esfumó como si nada, como si todo fuera una mentira, como si hubiera vivido en un pequeño cuarto nublado y ahora estoy saliendo a ver la luz del mundo. El libro es un tratado filosófico dividido en cuatro capítulos : la espiritualidad, la economía, la salud y la sociedad. Y uno de los argumentos principales de El Lentario es que mi vida no es mi vida y que mi muerte nos pertenece a todos. Fue allí cuando deducí toda la línea de acontecimientos y sucesos que habían pasado en el mundo.
El libro originalmente no iba a ser publicado, puesto que las editoriales no apuestan por nadie que no sea rentable. Pero mamá nunca se rindió y logró sacar al menos 25 copias de El Lentario en una pequeña editorial en Lima. El libro pasó de mano en mano rápidamente y en menos de dos meses el libro fue requerido en casi todas las librerías, bibliotecas, o cualquier lugar que tuviera libros. Lo comercial es comercial pensaron las editoriales y sin pensarlo reprodujeron en enormes cantidades El Lentario y encargaron su traducción absolutamente a todos los idiomas, ese fue el inicio del fin.
Al poco tiempo el libro fue valorado positivamente por muchos intelectuales de la época. La crítica lo consideró como el verdadero prodigio del despertar intelectual, pero la oscuridad llegó después para nosotros. Mamá fue asediada interminablemente. Fue solicitada por todos los programas posibles, querían saber quién era, a qué se dedicaba, todo sobre ella. Felizmente, mamá no concedió ninguna entrevista, ninguna información, fue precavida en eso. A ella solo la conocían como Escarlata, ese era su seudónimo. Y no pasó mucho para que la buscarán con mayor intensidad, pues Perú fue el foco de una serie de revoluciones materiales jamás antes vista en toda su historia y se convirtió en una sociedad reaccionaria en nombre de El Lentario.
No recuerdo exactamente la fecha, pero llegó el punto en que la sociedad comenzó a rediseñarse por dentro, el consumo de información cayó desenfrenadamente, los sistemas de consumo se esfumaron de golpe y la cotidianidad se redefinió en virtudes. Luego de Perú, vino Colombia, Chile, Argentina, en fin América Latina. Pronto llegó a Europa, y así hasta inundar cada rincón del planeta. Obviamente el libro fue prohibido en muchos países ¿la razón? Es obvia, pero si hay algo que las censuras no pueden evitar es el despertar de una conciencia.
Como te habrás dado cuenta, un cambio revolucionario de esta magnitud es peligroso, por eso escapábamos y vivíamos así, lejos de todo, sobreviviendo. Le pregunté a mamá en que pensaba cuando escribía ese libro, ella siempre decía que sentía la necesidad de hacerlo, que su espíritu le quemaba, que si soñaba era con los capítulos de El Lentario, incluso pensó que perdería la razón si no lo escribía. En realidad, ella lo estuvo escribiendo durante 14 años seguidos hasta dar forma a toda la complejidad de su obra.
Una noche me despertó casi alterada y me dijo :
—Aún hay más por escribir, hijo. Aún quedan más capítulos, pero no seré yo quien los escriba.
Desde ese momento, mamá me enseñó cada misterio de El Lentario para que yo pudiera comprenderlo a otro nivel y continuará con el legado, es decir, el volumen dos de su obra. Yo me di cuenta mientras aprendía que era más que eso, en realidad El lentario es una trilogía que no ha hecho más que empezar, pero nunca se lo dije. Mamá tenía suficiente con revelarme cada misterio. Así fue hasta que un día llegaron a nosotros, aquellos que no querían que esto continúe y querían parar esta serie de convulsiones sociales que tenía buen tiempo y que ya había llegado a la raíces de la sociedad. Fue inevitable, pero tuve que separarme de mi madre. Yo escapé hacia Francia y ella hacia quien sabe donde, no tengo noticias de su paradero hasta ahora y supongo que nunca las tendré. Antes de separarnos, le dije que no descansaría hasta concluir el segundo volumen y le juré por mi vida que así sería. La última imagen que tengo de mi madre es su sonrisa satisfecha, tal vez por haber haber dejado en mis manos su legado.
Ojalá mi madre supiera que, diez años después desde que nos separamos, he terminado con el libro y ya está circulando por toda Francia en secreto. Y que esta vez he conseguido 100 primeros ejemplares. Si aún sigues con vida, ojalá así sea, tendrás noticias de mí pronto, hijo mío. Escribo esto como un seguro de la continuidad de El Lentario. Si lo estás leyendo es porque no estoy contigo y el tiempo fue muy corto como para contarte todo. En tus manos, recae el futuro.
***
Antes de perder el rastro de tu padre, él nos encargó dos cosas : tu cuidado y la carta que acabas de leer, desde entonces La Sociedad de El Lentario ha velado por tu seguridad y la continuidad de los misterios de los libros. Estamos aquí para preservar su legado. Eres el heredero de la última trilogía para definir el camino correcto hacia la revolución definitiva.
—sí, ahora lo entiendo todo, ¿me dejas solo? Hay una revolución por terminar.

Interesante! Trabajo
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