En el romanticismo no existen los adjetivos posesivos. No eres mía, amor, ni yo te pertenezco. Mi definición es una sola: Si tu m'aime et je t'aime, notre amour.
He comprendido que seguimos el patrón heredado de otros tiempos, y aunque no pretendo implantar nada nuevo, creo que una de las virtudes del amor es ser revolucionario, dejar que todo lo que amas sea realmente libre, porque ¿quiénes somos para poseer si nada nos fue dado?. Siempre he pensado el por qué de adueñarse de un sentimiento que es libre por naturaleza, si él mismo se liberó cuando en otros tiempos era obligatorio amar por contrato o conveniencia, la libertad entonces justifica su esencia.
Observar el amor de pareja desde este ángulo es ir a contracorriente, pienso que estamos tan inmersos en este lenguaje posesivo normalizado, un discurso del que nadie se da cuenta o almenos no quieren, porque poseer algo da seguridad y es una contradicción, porque seguridad no es la palabra a la que deberían aspirar sino a la confianza. Pero cómo pretenden tener confianza si desde el principio intentan poseer. Mis labios no tendrán jamás, por orden del corazón que pronunciar que eres "mía" o que eres "mi amor", que eres mi mujer o alguna que otra trillada frase que indique posesión.
Para ello solventaremos, de forma natural a causa del ambiente contagioso e sempiterno, un lenguaje superior, solo nuestro, donde sabremos decirnos nuestros amores, inventaremos nuevas palabras, nuevos vocablos, hallaremos la manera para redescubrirnos en nuestro lenguaje, para querernos y sobretodo para ser. Seremos el amor que nos recree en su inmensidad, en su tiempo y profundidad. Tú simplemente eres amor, no mi amor y todo lo que yo siento por ti es más profundo que una posesión. Tu amor es lo último que pensaría poseer. Tu amor es lo primero que dejaría en libertad, ese amor que es amor propio y recíproco es el único que anhelo, aquel que fluye de forma natural y espontánea como un poema.
Jamás serás mía y eso es lo que hace hermoso todo esto e inconscientemente también es otra forma de liberarse de la dependencia sentimental ya que ella es solo una ilusión, casi una sombra del sentimiento innato para querer; cuyo vínculo forzosamente traerá una visión trastornadora llamada celos. Además, y no está mal en señalar, que este problema de la posesión existe principalmente en el español, porque con el tiempo, hemos ido deformando el concepto de querer.
En español hay dos formas para expresar amor : te quiero y te amo. Una expresión más fuerte que la otra y ¿ por qué? De estas dos frases la de te quiero es la que está desubicada, y es porque el verbo querer expresa necesariamente una necesidad y el amor no es una necesidad. En inglés solo una forma para decir lo mismo : I love you; en francés : Je t'aime; en italiano : ti amo. Sin embargo, en estos idiomas la posesión se representa aunque no como lo es en el español.
Quiero decir entonces que estoy bregando, en una lucha personal, por comenzar con un lenguaje de dos, como un pequeño idioma cuyos hablantes harán que sea universal mientras dure lo que dure y morirá en su propia soledad, sin haber conocido más paraíso que el construido y la dedicación impuesta.
Si tu m'aime et je t'aime, notre amour.
Si tu me amas y yo te amo, nuestro amor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario