lunes,6de

El hogar del recuerdo

 

El hogar del recuerdo

El hogar del recuerdo

Las lágrimas de Emily Gonzales no eran en fingidas. Nadie, en el sepulcro de sus padres, le creía el supuesto intenso dolor que ella sufría. La única hija, y por lo tanto, la heredera al patrimonio de sus padres era ella, el problema que hallaban los demás parientes de los Gonzales era su adopción. Poco antes del fallecimiento de sus padres adoptivos, Emily había regresado de su viaje de estudios con motivo de urgencia, pue se habia enterado por noticias de sus primos que sus padres estaban enfermos.

Ella, por supuesto, no lo dudó y emprendió vuelo al día siguiente. Llegó con toda la preocupación del mundo, pero al llegar a casa todo había cambiado, aunque eso no lo notó en su primera impresión por la preocupación que sentía. Subió al segundo piso y ahí estaban sus padres recostados conversando con el doctor de cabecera. Luego de muchas preguntas y sustos, Emily se enteró que sus padres habían desarrollado cancer y que ya era demasiado tarde para iniciar un proceso de recuperación. Fue la noticia más insólita y casi inverosímil en toda su vida, además de dolorosa. Tres meses, repitió el doctor antes de irse, tres meses de vida, y sentenció : Disfruten todo lo que puedan, se ve que se aman mucho, lo siento.Solo despúes de despedir al doctor, Emily sufrió una invasión de memorias de golpes. La puerta no era su puerta, no tenía sus marcas; su habitación dejó su esencia; el patio se tornó más oscuro; solo el mural que había pintado en honor a la amor que había conseguido se mantenía casi intacto, Lo tocó suavemente, recordó sus colores y súbitamente otras memorias volvieron a inundarla, pero no se dejó llevar y regresó en sí.Les dijo a sus padre que no regresaría para estudiar y que verá la forma de completar su carrera, que eso era lo de menos. 

Así, pasó el tiempo hasta que se cumplieron los tres meses. Felizmente sus padres no sufrieron, fallecieron mientras dormían un día de octubre. Durante ese tiempo,vinieron a la casa muchos familiares a despedirse y perdonarse con los papás de Emily. Aunque no todos llegaron con el mismo sentir. El hermano mayor de los Gonzáles, Adrián Gonzáles, nunca se llevó bien con sus otros hermanos, justamente por ser el primogénito recibió la mayor cantidad de herencias. A diferencia de él, sus hermanos tuvieron que descubrir que significaba el éxito con el sudor de su esfuerzo. Esta vez, venía a despedirse de su hermano, sí, pero también venía con el objetivo de redireccionar los patrimonios de su legitimo hermano después de su muerte. Su corazón es negro, repetía en mente Emily cada vez que se encontraban, además de los desprecios corpóreos que siempre eran mutuos. Adrián dejó claro sus intereses, vino a por la posesión absoluta de todos los bienes de su hermano bajo el argumento de que solo la línea sanguínea podría ser heredera. Emily que nunca quiso nada más que compartir más tiempo que sus padres, no peleó por nada, solo quería quedarse con  la casa donde había crecido en su adolescencia y además, no podía dejar los últimos días con sus papás en las vivencias de alguien más. Así que durante tres años estuvo luchando legalmente con su tío por quedarse con la casa hasta que al fin ganó la disputa. Se quedó en esa casa hasta sentir la paz de sus padres en su interior, hasta recordar su infancia en las paredes y en ese techo infinito. Esa casa ahora se convertía en el nuevo recuerdo y lo dejó intacto, nunca la modificó, así cómo se quedó cuando sus padres fallecieron, hasta que conoció la muerte en esa misma casa. 


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