El milagro y la luz
La mañana del 22 de septiembre, desperté del coma. No recuerdo como sucedió todo exactamente. La última escena que tengo en la mente es la sonrisa de mi esposa y mis dos hijas viajando hacia la provincia más cercana de la región. Luego, todo fue muy confuso y todo se apagó. Los doctores se sorprendieron al verme despertar, ya no tenían muchas esperanzas conmigo, no desde que me informaron que mi esposa también había estado en coma; solo que ella había despertado 4 años antes que yo. Cuando desperté nadie estuvo a mi lado, solo una enfermera que justo estuvo ahí para notar mis primeros movimientos, ella ya me conocía, pues mi esposa venía y se quedaba conversando con ella; se hicieron muy amigas después de todo. Al principio fue muy difícil para mí: recobrar los movimientos, volver a comer, el sueño se me complicaba y otras cuestiones más que ahora ya he superado. Emilia, así se llamaba la enfermera, ella me contó todo lo que había pasado. Resulta que en el accidente 10 personas fallecieron, y 13 resultados heridas gravemente, me dijo esto mientras me enseñaba el recorte periodístico, entre los heridos estaba mi familia. Felizmente, mis dos hijas pudieron recuperarse luego de una operación y despúes de una semanas se recuperaron por completo, eso me alivió el corazón, me trajo a la vida de nuevo. Luego, me dijo que mi esposa había despertado en agosto del 2006, que luego de su recuperación estuvo viniendo durante un año completo a ver si yo daba señales de vida, pero finalmente desistió, ella pensaba que nunca despertarías. Aunque se sintió rendida, nunca fue una opación para ella desconectarte. Emilia continúo diciéndome que mis hijas pasaron a custodia del familiar más cercano, y se fueron a vivir con mi madre en la capital, no era de esperarse que mi esposa se hubiera ido a vivir con ellas, así que nadie más venía a verme, puesto que mi madre era mayor de edad y la familia de Marianne vive en otro país. Cuando desperté los médicos llamaron a Marianne para darle la noticia, y por supuesto que estuvo alegre, pero la situación había cambiado. Ella estaba ya comprometida en otra relación. Y creo que no puedo jugarla, pues los médicos nunca le daba esperanzas, el hecho de que yo despertara resulto ser un milagro, en realidad del coma nunca que sabe. No me molesté con ella, le agradecí que haya cuidado bien a nuestras hijas y que en adelante estaría ahí para ellas también. La que siempre estuvo ahí para mí fue Emilia, ella se sentía identificada conmigo porque le sucedió exactamente lo mismo, solo que su coma era de una semana y cuando despertó no quiso que le avisaran a su pareja, un día ella llamó al amor de su vida y cuando atendieron escuchó su voz, era él, su pareja, pero se escuchó la voz de una mujer, comprendió que ya estaba con otra mujer, cortó rápido, aunque se sintió dolida le hizo bien saber que él si estaba bien después del accidente que tuvieron. Por ello. emilia sentía una empatía inmensa por mí. Ella fue luz en ese momento y lo sigue siendo.
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