La mirada tímida nunca se alejaba de ella, su presencia radiaba inocencia, entre otros detalles blandos que pulían su personalidad. Siendo yo la hija primogénita, la heredera legítima de la familia, me hicieron a un costado, me apartaron como si yo no valiera nada y todo porque supuestamente era especial. Yo no lo creía hasta que lo presencié. ¿Cómo era posible que la sangre de una niña huérfana, de la segunda guerra mundial, pudiera sanar las heridas del cuerpo y del alma? Mi hermano, un soldado del ejército, la encontró caminando en medio de una ciudad bombardeada. Según él, ella estaba buscando a su familia, Leonor, Leonor gritaba sin escuchar respuesta alguna. Él se le acercó con sumo cuidado y cuando estuvo en frente de ella reconoció esos ojos totalmente azules hasta el iris. rasgo único y distintivo de la Familia Rasen. Ya habíamos escuchado de aquella familia, pensábamos que solamente eran rumores y que supuestamente habían sido exterminados por padecer un don tan raro. Dicho clan tenía la capacidad de curar el cuerpo y el alma de aquellos que bebieran su sangre. Cuando el mundo se enteró de aquella curiosa habilidad fueron a cazarlos. Nunca más se supo de ellos. Al parecer mi hermano se dio cuenta que aquella niñita era un Rasen y se la llevó inmediatamente.
Antes de que Emilio llegará al cuartel, le puso una venda en los ojos para que no la reconocieran los demás soldados y le dijo a Ciel: “Mira, te pondré esto en los ojos, es para que no te reconozcan, tu clan es una maldición, y no sé que serían capaz de hacerte los alto mandos del ejército si te reconocieran, así que será mejor que no te vean a los ojos, si te preguntan vamos a decir que en medio de una explosión tus ojos se dañaron”. Ella no tuvo la necesidad de escucharlo pues había desarrollado la capacidad de leer las intenciones de las personas, y se dejó tranquilamente poner la venda. Además, como toda especie que evoluciona. su clan había adquirido la habilidad de enrojecer sus ojos a tal punto que aquella persona que viera directamente sus ojos se desmayara inmediatamente, en pocas palabras producía una suerte de coma temporal. Ciel Ravens, o mejor dicho, Anais Gala, nombre que adquirio para no ser reconocida, era la última desciendente de los Ravens, puesto que su familia había escapado unos meses antes del exterminio de su pueblo. Ella era desciende de la quinta generación de su familia, durante todo ese tiempo su familia usaba lentes, ya la exposición directa al cristal hacia que los ojos se volvieran a un estado normal, así pasaron desapercibidos generación tras generación. Su madre Asciel Ravens, o Leonor, enterada de la guerra, había tomado la decisión de migrar hacia otro continente ya que esta era inevitable, pero antes de que pudieran hacerlo, la guerra los atrapó. El ejército llegó a su casa y se llevó a sus hermanos, a su padre y a su madre para que formaran parte del ejército. Ella logró esconderse debajo de la cama, pero el bombardeo y el hambre hicieron que ella deje su pequeño refugio y comenzó a divagar. Con solo siete años, Ciel Ravens, era consciente que se exponía a muchos peligros al salir de casa sin sus padres, pero sin su familia a su lado, qué más podía perder.
09/07/2021
09/07/2021
No hay comentarios:
Publicar un comentario